Autor: David Belío
Pilates y ciclismo
Pilates y ciclismo
Los beneficios de la práctica de ciclismo son innegables. Mejora la capacidad cardiovascular y ayuda a mantenerse en forma a través de rutinas que resultan entretenidas y saludables.
Empezar una rutina de Pilates como preparación previa a comenzar la práctica de ciclismo. Reduce notablemente las posibilidades de sufrir lesiones, como resultado de otros ejercicios posibilitan mejorar la postura. Evitando contracturas que derivan directamente como consecuencia de la práctica de este deporte.
Potenciar ciertos músculos que se encuentran directamente relacionados con la práctica de ciclismo ayuda a mejorar los grupos musculares que son utilizados para la acción de pedaleo y aquellos que estabilizan el tronco.
La creación de una rutina adecuada de ejercicios Pilates servirá para potenciar abdominales y cuádriceps, obtener una mejor estabilidad lumbar, además de tonificar femorales, lumbares y glúteos.
Este tipo de rutinas deben ser siempre estar diseñadas por un profesional acreditado en el Método Pilates. Debido a uno de los principios que rigen esta disciplina tienen como base principal la de un entrenamiento “personalizado”.
Los ciclistas que incluyen en su entrenamiento una rutina de Pilates mejoran notablemente la fuerza en todas sus manifestaciones, tanto máxima, como explosiva y de resistencia, siendo por ello recomendable practicar ejercicios específicos de Pilates como mínimo tres veces por semana.
Máquinas de pilates y entrenamiento personal
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Pilates un beneficio físico y emocional tras sufrir un cáncer de mama
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Pilates y la lumbalgia
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Lumbalgia aguda.
Normalmente se recomienda reposo en cama. A lo sumo durante 48 horas, para después ir incorporándose progresivamente y volver a la actividad habitual paulatinamente (sin sobre esfuerzos). Hoy en día se desaconsejan reposos absolutos durante más de 2 días, pues la recuperación posterior se vería sensiblemente retrasada. Durante esta fase de descanso inicial se aconseja dormir de costado con las piernas flexionadas (posición fetal). Con un cojín entre las 2 rodillas; o bien, boca arriba con las rodillas en flexión. Se desaconseja totalmente el dormir boca abajo. Pues aumentaría la curvatura lumbar, aumentando el dolor. Una vez controlado el dolor y recuperada la funcionalidad es aconsejable realizar ejercicios aplicando la técnica del Método Pilates. Para conseguir la descompresión y estabilización lumbo-pélvica. Fortalecimiento abdominal y de la musculatura extensora de la espalda, así como estiramientos de la musculatura paravertebral de la espalda, músculos posteriores de las piernas (isquiotibiales) y músculo psoas.
Lumbalgia crónica.
Ante este tipo de lumbago, una vez realizado el diagnóstico médico y descartada una patología que requiera otro tipo de tratamiento, como tumores, artritis reumatoidea, artritis psoriática, hernias graves, etc. conviene aplicar ejercicios basados en el Método Pilates, prescindiendo del uso de medicamentos. El objetivo de las sesiones de tratamiento mediante Pilates consiste en lograr la adecuada estabilización de la columna lumbar así como a la descompresión y flexibilidad de sus estructuras. Lo que asegura una mejoría estable y duradera en el tiempo. Ya que mediante estos ejercicios se trabaja sobre las causas del problema y no solo sobre el síntoma dolor o espasmo muscular.
(Fuente: Pablo Mag & Bersant Clinique)