«La Gracia» por Javier Pérez Pont
THE VERY IMPORTANCE OF THE SIMPLE AND THE EASY
La gracia, hoy en día , con todos “los Pilates” que existen en el mercado, la locura de nombres y de egos en el mismo, se ha producido una “competencia gigante” por ver quién ofrece más y convence a un número más grande de adeptos. La confusión intencionada es el resultado final del marketing actual “del todo vale”.
Por supuesto, debido a todo esto y a que nos hemos olvidado de la famosa frase que tanto le gustaba a Joe Pilates del “menos es más”, ha dado como resultado que la enseñanza, en la gran mayoría de los casos, ha ido en detrimento de la filosofía, ética y propósitos de ésta disciplina espiritual, bajo forma de disciplina física y mental.
Hemos pasado los últimos pocos años a merced y búsqueda de la parte coreográfica del sistema versus el propósito legítimo de la Contrología.
En los tiempos contemporáneos, también por ignorancia de la propia vida y personalidad de Joe Pilates, hemos dejado que la Contrología, (y hablo de los miles y miles de versiones del método Pilates), se convierta en nada más ni nada menos que en un muy famoso parche del marketing del cultivo del cuerpo. Y de ahí la situación actual, la vulgarización y simplificación de la Contrología y de los propósitos reales de Joe Pilates.
Existen una infinidad de métodos y sistemas que prometen ayudar al ser humano en general, a mejorar su calidad de vida. Surge entonces una pregunta seria: ¿Qué se supone que nos hace diferentes a los demás?. Y, después surge otra pregunta más seria aún: ¿Qué nos hace realmente diferentes a otros “Pilates”?
No nos hemos formado como profesores para entregar solo ejercicios, ni ejercicios provenientes de los “archivos”, ni ejercicios modificados, avanzados o para superdotados… estamos aquí para enseñar una EDUCACION y responsabilidad con nosotros mismos, con nuestros descendientes y con el ser humano. Y que decir de nuestra obligación profesional y ejemplo y guía para los demás…
Me gustaría hablar de EDUCACIÓN, responsabilidad, disciplina, protocolo en general, de “el bien”, de “el bien común”, de mejora, de orden, de no separar el cuerpo como una entidad separada del resto, mente, espíritu, alma, etc,; de creatividad, de fuerza, de talento, de la constancia, del deber…….. categorías éticas, que aunque confusas si se piensan en un modo general o genéricamente, se hacen claras en su intencionalidad en nuestro contexto profesional, y que son muy importantes y que nos deben de distinguir del resto de “los Pilates”. Y aplicarlo no solo a nuestra responsabilidad profesional sino también a nuestra obligación de transmitirlo a los estudiantes/clientes de nuestro Estudio.
Y antes de empezar, recordar las palabras de nuestra maestra Romana Kryzanowska, que solía aconsejar esta Trinidad de valores a sus alumnos en la década de los 90 al empezar el Programa para Profesores:
Humildad, trabajo y respeto.
Recordarlas, ya que son el pilar de un auténtico y buen profesor heredero del legado de Joe Pilates. Estos pilares son los que nos hacen recordar nuestro oficio artesanal, de situarnos justo en el lugar que nos corresponde en este legado. Y es nuestra obligación y deber , y con la confianza de que lo aprendido es correcto, perfecto y acabado, la de entender con la práctica y voluntad este colosal legado heredado.
Solamente tenemos que sentarnos en un lugar público, observar y meditar.
Observemos a “la gente”, como solía hacer el propio Joe Pilates desde una de las dos ventanas de su Estudio en la Octava Avenida, siempre disgustado al respecto, o como la propia Romana Kryzanowska nos aconsejaba hacer.
Observar como se mueven, caminan, se desenvuelven en las tareas más simples que nos podamos imaginar, y el resultado no es más alentador del “desastre” que describía nuestro maestro en las entrevistas. El ser humano, desgraciadamente, por ignorancia, hábitos y tradición en la filosofía de la dejadez, sigue en el camino del deterioro corporal, psíquico y espiritual desde tiempos inmemoriales, (no hay más que leer también su primer libro publicado en 1934 donde describe a una sociedad que no es nada diferente a la actual).
Y toda esta falta, ¿es solo un aspecto físico o también una falta de educación básica y mínima sobre el funcionamiento y mantenimiento de la Salud?
Al fin y al cabo, siguiendo los deseos personales y los propósitos del creador de la Contrología, eran que ésta sirviese de ayuda para mejorar al individuo en todos sus aspectos: la mejora de la raza humana y su característica social.
Al analizar una sesión privada de la Contrología, ésta se compone de varias partes: por un lado debemos de realizar una selección técnicamente lo más acertada posible, dependiendo de nuestros conocimientos y experiencia (vuelvo a la Trinidad anterior de Respeto, Trabajo y Humildad hacia lo aprendido) de una coreografía o selección de ejercicios continuados y en un orden determinado; en segundo lugar, la intensidad de los mismos también adaptados al sujeto en cuestión, y en tercer lugar, y lo más importante la “Intencionalidad” final de la clase, y de las futuras clases con un individuo en particular.
En resumidas cuentas estoy hablando del contenido coreográfico en particular, de los Sistemas elegidos adaptados a cada caso y la última parte, para mi entender, lo que marca la diferencia, que es la Intencionalidad final de un trabajo que debería de ir más allá de la hora del entrenamiento.
Dediquémonos a este deseable último aspecto de nuestros propósitos.
Nosotros tenemos el deber de entregar a nuestros clientes un trabajo que aporte bienestar, mejora y calidad de vida, con el fin de que éste desarrolle las tareas cotidianas de un ser humano, que son al final moverse y desenvolverse en cualquier tarea en la que nos empeñemos. Recuperar o mantener la Dignidad como ser individual y de nuestra especie.
Para ello necesitamos no solo un cuerpo, sino una actitud y una disposición de la que sentirnos orgullosos en nuestro empeño. La Contrología fue creada para ello, para ayudar a desempeñar un papel fundamental en la preparación y prevención de nuestro ser para acometer dicha tarea.
Nuestra labor como educadores, que significa educar a otros en “algo”, y este algo en nuestro caso es la propia Contrología, es que con la ayuda del método y sus valores éticos, aportemos los conceptos, la filosofía y valores de la misma en nuestra enseñanza y que estos valores éticos y responsabilidad para con uno mismo y para con los demás (regla número uno del protocolo social) traspase esa hora de entrenamiento para el cambio real y duradero en el practicante del método.
Y es aquí, después de éste análisis general donde surge la necesidad real de una verdadera “educación”. Debemos usar la Contrología, no como un mero utensilio “de ganarnos el pan”, sino con un fin más allá: la de crear responsabilidad en el practicante y darle las armas para conseguir los objetivos de la Contrología. A saber: “Gracia” y control del propio cuerpo, bienestar físico y mejorar nuestra responsabilidad personal y social.
Y estas “armas” no están, como se cree que son equivocadamente en la coreografía, están en los conceptos, en el “mensaje”, en los valores éticos de la Contrología.
A fin de cuentas, y muy resumidamente y generalizando, ¿cómo lo define el propio Joe Pilates?. Como “La Gracia de moverse, desarrollarse, prevenir y desenvolverse en las tareas cotidianas de la vida cotidiana con la dignidad que le correspondería a un ser humano”
Y, ¿qué es esta “Gracia”?
Citando a Joe otra vez, con sus palabras: “Good posture can be successfully acquired only when the entire mechanism of the body is under perfect control. Graceful carriage follows as a matter of course. so too is the proper functioning of your own body the direct result of the assembled Contrology exercises that produce a harmonious structure….”
¿Y cómo se consigue este propósito final? Con el legado técnico heredado y a través de lo que llamo la Segunda Trinidad: lo Correcto, lo Bueno y lo Bello coinciden en el mismo vértice.
Los tres conceptos no deberían de separarse, de hecho no existe el uno sin el otro y el resultado de su unión es La Gracia de la que nos habla Joe Pilates.
“Lo Correcto” no es más ni menos que seguir las reglas de la estructura de tu propio cuerpo según las leyes de la física, de la biología y de la anatomía particular de cada practicante. La mayoría de esas leyes han sido vulneradas desde la más tierna infancia debido normalmente a una deficiente o nula educación al respecto sumado posteriormente a una falta de responsabilidad sobre uno mismo y disciplina (hablo de una forma generalizado y no a aspectos particulares). Lo Correcto toma en algunos casos mucho tiempo para volver a entender, moverse y controlar uno mismo su propio mecanismo humano.
“Lo Bueno” coincide con lo correcto por que simplemente el cuerpo y la mente, y por que no “el espíritu”, “agradecen” esta vuelta a la funcionalidad “normal” del propio ser. Algo que es “correcto” debe de ser “bueno” por naturaleza.
“Lo Bello” es el resultado de las dos anteriores categorías, pero no solo eso. Un profesor de la Contrología debe de reconocer la Belleza en el movimiento de las acciones correctamente ejecutadas en cualquier tarea cotidiana del individuo. Por esto, “la clase” debe de ir más allá de la hora de entrenamiento en una sala o Estudio.
Al final, nuestro propósito debería de ser enseñar a nuestro “alumno”, que no cliente, a moverse en las actividades básicas de la vida de una manera eficiente y con “La Gracia” que todos reconocemos y admiramos en el otro.
Javier Pérez Pont, Barcelona, 7 de abril de 2015
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