Como recupere mi suelo pelvico
Como recupere mi suelo pelvico, cuando el suelo pélvico apareció en mi vida, no hacía ni diez horas que había experimentado la mayor y más grande alegría en mi vida: el nacimiento de mi hija. Ella llegó…y mi suelo pélvico se desvaneció. Cuando digo que se desvaneció, me refiero a que el tono muscular de esa zona desapareció. Debido al esfuerzo del parto y con todas las consecuencias que eso conlleva.
Ya había oído hablar del suelo pélvico. En el centro de Salud durante la preparación al parto por parte de la matrona. No profundizamos mucho en la musculatura. Sólo en los famosos ejercicios de Kegel cómo prevención a posibles problemas y debilitamiento de esa zona durante el parto. Recomendación: hacerlos todos los días, unos minutos al día. Resultado: Insuficiente.
Aproximadamente un 30% de mujeres sufren de un debilitamiento del suelo pélvico tras el parto. Nadie habla de ello en el famoso libro “protocolo” que nos regala la Seguridad Social sobre el preparto, parto y postparto, no hablan sobre ese 30 % de mujeres olvidadas que sufren las secuelas tanto físicas como sociales y psicológicas derivadas de un debilitamiento de la zona pélvica. No se habla de cómo prevenirlo, ni de cómo hacerle frente y de cuándo iniciar el proceso de recuperación. Asi que como recupere mi suelo pelvico.
Tras el parto, y una vez manifestado el problema una y mil veces tanto a la matrona, como al ginecólogo, la solución que me plantearon fue, tiempo y pastillas para la incontinencia. Me negué a formar parte de ese 30% de mujeres resignadas. Así que tras la cuarentena acudí de nuevo a revisión, con el mismo problema, sin mejoría alguna. Muy disciplinadamente haciendo lo que me habían dicho y con las mismas pastillas. En ningún momento se me derivó a un fisioterapeuta, en ningún momento se me recomendó ningún tipo de ejercicio rehabilitador. A mis 34 años me fui de la consulta con el mismo problema y la única solución que dejar pasar el tiempo, según ellos, debía darme el plazo de un año.
Ante semejante respuesta, le pregunté si estaba en condiciones de empezar a practicar ejercicio como Pilates. Su respuesta fue que adelante, no más que sorprendido al plantearle yo mis propias soluciones. ¡Pues adelante!
Tengo la gran suerte de trabajar en un gimnasio, Muscle Center. Grandes profesionales que no sólo entrenan a las personas, sino que velan por su bienestar y su mejora. Gracias a ello y la recomendación y ánimo de todos mis compañeros me puse en manos de David Belio, para mí, uno de los mejores profesionales en Pilates con los que cuenta Zaragoza.
Por supuesto, antes de comenzar las sesiones de Pilates, debía tener en cuenta que el útero hubiera vuelto a su tamaño normal, la musculatura abdominal no estuviera abierta (zona alba), y que el comienzo a la actividad física debía ser individual y personalizada dada mi problemática en el suelo pélvico.
Lo primero que me dijo David, fue que, el Método Pilates ayudaría a recuperar su tonicidad antes de lo normal.
Así que primer objetivo que me planteó, no fue físico, sino de autoconsciencia, ser consciente de dónde se encuentran tus músculos abdominales (ya que esta sensación se pierde durante el embarazo), sentir el suelo pélvico cómo un músculo independiente.
El 2ª objetivo sería, trabajar el tono y fuerza de la zona pélvica, esto nos llevaría a un 3ª objetivo, el trabajo global del todo el cuerpo y finalmente el poder acceder en condiciones a clases en grupo de Pilates, para seguir tonificando y ejercitando la musculatura en general.
Las primeras sesiones fueron durísimas. A través de diferentes ejercicios apoyados en la MVe Chair, una silla especial de Pilates. Pude ir sintiendo cada vez más dónde estaba la zona pélvica. Cómo contraerla y cómo trabajarla. Durísimas porque no era realmente consciente de la fuerza en abdomen, piernas y brazos. La había perdido, y muchos de los ejercicios no podía finalizarlos sin la ayuda del entrenador.
Puedo decir que a las dos semanas, mejoró mi control sobre la vejiga. Al mes y medio la sensación de descuelgue constante de mi vejiga rozando con la musculatura pélvica dejé de sentirla. Cada vez me costaba menos finalizar el ejercicio sin ayuda. Focalizando toda la fuerza en el suelo pélvico, puesto que si no lo hacía, el ejercicio no se podía completar.
De forma casi natural, iba notando que mis brazos, piernas y abdominales iban recuperando fuerza. Mi espalda recuperaba la posición perdida durante el embarazo, y aunque suene extraño, recupere mi suelo pelvico, el equilibrio.
En el plazo de 4 meses, y no de un año, tenía pleno control sobre mi vejiga. Incluso, podía correr sin consecuencias inesperadas, por supuesto, de forma moderada.
La experiencia me ha demostrado que muchas veces la ignorancia e indiferencia de ciertos profesionales no nos deben condicionar en el inicio de nuestra recuperación. Como mujeres, podemos disfrutar de uno de los mejores momentos de nuestras vidas, ser madres. Hemos de ser conscientes de que es un esfuerzo físico enorme, y como tal, requiere de una buena preparación.
Son 9 meses de cambio hormonal, cambia nuestro punto de gravedad, nuestra espalda se debilita, el tono muscular del suelo pélvico se aminora debido a la presión, y como colofón, si tenemos la mala suerte de un parto complejo, como es mi caso, las consecuencias posteriores son todavía mayores.
Quizá hace 50 años, las mujeres vivían resignadas a sufrir de por vida el debilitamiento del suelo pélvico tras los partos, pero ahora, es inaceptable. Una zona pélvica dañada, nos impide llevar una vida normal. Nos impide disfrutar del deporte, del sexo y de las relaciones sociales. Lo triste es nos sigan recetando tiempo y no nos deriven a un fisioterapeuta especializado, como hacen en muchos países europeos, dónde hay unidades especializadas en suelo pélvico.
Mi recomendación, basada en mi propia experiencia, es que debemos hacer un buen entrenamiento, personalizado a ser posible, que nos prepare para el “día del parto”, y posteriormente, no dejar pasar el tiempo, iniciar cuanto antes una buena recuperación, con un buen entrenamiento en Pilates, que se dedique exclusivamente a ayudarnos a recuperarnos como mujeres, a volver poco a poco a recuperar nuestras vidas.
He de decir para terminar, que a día de hoy, 7 meses después del parto, el Pilates me ha ayudado a recuperarme un 90%, mi obligación ahora, es seguir respetando mi cuerpo practicando esta disciplina.