Mundo de pilates por Delia Morlanes.

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Mundo de pilates por Delia Morlanes.

A punto de comenzar mis vacaciones de verano, no quiero marcharme sin dar las gracias a David Belío por haberme iniciado en el maravilloso mundo de Pilates.

La primera vez que oí hablar de Pilates fue allá por 1999. Estuve viviendo en Londres un tiempo y una amiga sueca que tenía problemas de espalda. Me contó que se había apuntado a un centro en el barrio de Camden, barrio mítico de Londres. Tenían unas máquinas para hacer ejercicios que decía que le iban muy bien. El método se llamaba Pilates. Recuerdo que me enseñó un folleto y pensé que era una cosa muy rara.

Años más tarde, modelos, actores y cantantes famosos contaban en la tele y en la prensa que practicaban Pilates. Entonces parecía una actividad snob, de gente con pasta, la práctica de Pilates todavía no se había generalizado, para eso faltaba un poco.

Hace unos años, nuestro monitor David Belío comenzó a impartir clases de Pilates en el gimnasio “Muscle Center” de Zaragoza y nos animaba a probar esta nueva disciplina. En ese momento no me decidí a asistir a esas clases, continué con mi rutina de musculación, Step, Body-Pump, abdominales… Aunque confieso que sentía curiosidad, a través del cristal, observaba la clase de David.

mundo de pilates
Bicycle

En esa época, mi hermana Coral también comenzó a practicar Pilates. Después de dos embarazos se encontraba en baja forma. Buscó algo que le pudiera ayudar, primero se compró unos libros y empezó a hacer Pilates en casa. Más tarde en un centro especializado. Ella también hablaba de lo bien que se sentía y me animaba a practicar Pilates.

El caso es que, David, mi hermana, y todos los que habían comenzado a practicar Pilates estaban tan entusiasmados… Yo pensaba que igual exageraban un poco. Todos conocemos el subidón y la sensación de hacer deporte, no podía ser para tanto, ¿o sí?.

Finalmente, el entusiasmo de David, de mi hermana, y la curiosidad me hicieron sucumbir. Un buen día, entré en mi primera clase.

Ahí empezó todo.

Los principios no fueron duros, fueron durísimos. Tras años de gimnasio me encontré en una clase en la que no era capaz de hacer casi nada y en la que tenía que reiniciar mi mente y mi cuerpo con un planteamiento totalmente diferente. Al mismo tiempo, desde el principio, vas viendo y sintiendo avances, que aunque son pequeños te animan y motivan a continuar.

Así, con tiempo, paciencia y con la valiosísima ayuda de David pude comprobar que todo lo que me habían contado sobre el método Pilates no era otra moda ni otra “leyenda urbana”.  Todo cierto, el mundo Pilates te hace sentir esbelto, ligero, flexible, mejora tu postura, tu control corporal….

David Belío es un gran profesional, tremendamente generoso. No se cansa de corregirnos y animarnos para que sigamos luchando y mejorando cada día.

De momento, estoy empezando, me queda mucho por hacer, pero no hay marcha atrás: cuando tu cuerpo conoce a Pilates, te lo pide, tienes que dárselo. El camino será duro e infinito, pero ahora mismo lo único que puedo decir es que….  el mundo Pilates ha llegado para quedarse, ¡gracias David!.

Sólo una palabra: Planificación

planificacion

Sólo una palabra: Planificación

Para mi el Pilates ha sido todo un descubrimiento y ahora no concibo mi vida sin él (parezco una adicta,je,je). Lo descubrí después de mi primer parto y me ha ayudado mucho a sentirme mejor, más esbelta, más firme, a dejar de tener dolores de espalda, a recuperarme mucho de los partos, incluso a llevar mucho mejor mi embarazo (nada que ver el primer embarazo sin pilates con el segundo, en este estaba mucho mas ágil, sin ningún dolor, genial). Con planificación y luego aparte mentalmente el pilates también me crea un gran bienestar. También te diré y no es por hacerte la pelota que depende mucho de la persona que lo de. Antes de empezar contigo hice un poco con otra persona y nada que ver. Creo que influye mucho la formación y la experiencia deportiva o de movimiento de la  persona que te de la clase. No entiendo como pueden salir profesores de formaciones de un fin de semana. Capacitados para ponerse al frente de un grupo de personas y darles clase. Creo que es una temeridad y una inconsciencia, pero así están las cosas. No todo el mundo puede o vale para dar una clase de Pilates.

La consciencia

La consciencia

Para mi la sesión de Pilates es el momento que tomo consciencia de cómo estoy,a todos los niveles. Cómo me voy «modelando» a nivel físico. Localizando tensiones, limitaciones.  Y soltando esas tensiones, pienso mejor, y eso me ayuda a planificarme en las tareas a corto plazo, para el resto de la jornada. Incluso  a medio o largo plazo. Se me ocurren un montón de ideas. Desde luego, en cuanto que llegan vacaciones y pierdo el ritmo del ejercicio en mi rutina  enseguida echo en falta las sesiones de Pilates. Yo no le veo mas que ventajas a este «enganche», y por eso lo recomiendo encarecidamente.

Las sensaciones de Pilates

sensaciones

Las sensaciones de Pilates

Las sensaciones que siento con Pilates, aunque siendo novata no sé si saldrá mucho.

Partiendo de que soy una persona nerviosa en la que nunca han funcionado las técnicas de relajación y de ese espectro. Podría decir que con el Pilates es lo máximo que me he podido acercar a ese equilibrio, relax y bienestar del que tanto se habla. Difícil ponerle palabras pero algo debo sentir y algo me debe atrapar cuando sigo yendo a las clases.

Por ejemplo me gusta la sensación de alargarme y estirarme. O cuando un día vas a hacer un estiramiento y sin darte cuenta ves que has avanzado, me gusta sorprenderme de hasta donde llego. Incluso me he dado cuenta que cuando estoy relajada en casa a veces estiro la espalda. Sobretodo las piernas como buscando una buena sensación.  Es como que el cuerpo lo pide solo. También te hace ser consciente de todas las partes de tu cuerpo implicadas y que pueden manejar.

Para mi Pilates se ha convertido en la clase a la que voy a tener que pelear conmigo misma para obtener beneficio. Me refiero a que tengo que centrarme en varias cosas a la vez. Meter tripa, en que tal parte del cuerpo no se mueva, apretar otra, en respirar bien… Otro tipo de clases no requieren tanta concentración como para mi requiere Pilates.

Me hace sentirme muy ligera y esa sensación me dura días.  Relajada, voy más erguida y estirada lo que hace que otras actividades que tenga que realizar me cuesten menos esfuerzo. Noto toda la zona abdominal mucho y luego también en piernas y culo. En mi persona destacaría lo que me tonifica la tripa.