El pasado 13 de Mayo me publicaron otro articulo de opinión sobre el Método Pilates, «Pilates suelo» en la página web más importante de toda España de citas médicas on line.
En el trabajo de suelo encontrarás referencias a la posición Pilates, que es simplemente la manera de estar de pie en el método Pilates. Si nos colgamos de una barra, los pies se nos girarían ligeramente hacia fuera. Es una rotación natural de las piernas desde las cadera que es la base de la posición Pilates.
La manera más fácil de encontrar la posición Pilates es siguiendo los pasos que se detallan a continuación:
1.- Comienza con los talones juntos y los dedos d e los pies separados de 3 a 5 centímetros. Imagina que colocas media porción de pizza entre los pies para encontrar la distancia apropiada. Las rodillas deben estar alineadas con los dedos de los pies.
2.-Junta las piernas bien la una a la otra, como si entre ellas hubiera una cremallera, hasta la pelvis. Debes intentar que pase la menor cantidad de luz posible entre ellas.
3.- Recoge la glúteos y empuja los abdominales hacia dentro y hacia arriba firmemente.
4.-Mantén los brazos a los lados del cuerpo tirando ligeramente de los dedos hacia el suelo; esto ayuda a mantener los hombros en la posición correcta.
5.-Dirige la coronilla hacia el techo para que la columna esté lo más estirada posible
6.-Finalmente, siente tu peso corporal y distribúyalo equilibradamente entre los dos pies. Una vez el peso está bien distribuido, puedes inclinarte muy ligeramente hacia delante para que no recaiga todo el peso sobre los talones, sino que se reparta sobre toda la planta del pie. Esta ligera inclinación no es necesaria; puedes quedarte con la posición a la que llegaste tras distribuir el peso en ambos pies, pero debes asegurarte de que la mayor parte del peso de tu cuerpo no recae sólo en los talones. Esto es importante para poder mantener el equilibrio. Debes sentir tu cuerpo fuerte y firme, como un guerrero romano de pie frente al trono del César. Pero también debes conseguir mantener esta posición de forma relajada (vamos en tu vida normal).
Como recupere mi suelo pelvico, cuando el suelo pélvico apareció en mi vida, no hacía ni diez horas que había experimentado la mayor y más grande alegría en mi vida: el nacimiento de mi hija. Ella llegó…y mi suelo pélvico se desvaneció. Cuando digo que se desvaneció, me refiero a que el tono muscular de esa zona desapareció. Debido al esfuerzo del parto y con todas las consecuencias que eso conlleva.
Ya había oído hablar del suelo pélvico. En el centro de Salud durante la preparación al parto por parte de la matrona. No profundizamos mucho en la musculatura. Sólo en los famosos ejercicios de Kegel cómo prevención a posibles problemas y debilitamiento de esa zona durante el parto. Recomendación: hacerlos todos los días, unos minutos al día. Resultado: Insuficiente.
Aproximadamente un 30% de mujeres sufren de un debilitamiento del suelo pélvico tras el parto. Nadie habla de ello en el famoso libro “protocolo” que nos regala la Seguridad Social sobre el preparto, parto y postparto, no hablan sobre ese 30 % de mujeres olvidadas que sufren las secuelas tanto físicas como sociales y psicológicas derivadas de un debilitamiento de la zona pélvica. No se habla de cómo prevenirlo, ni de cómo hacerle frente y de cuándo iniciar el proceso de recuperación. Asi que como recupere mi suelo pelvico.
Tras el parto, y una vez manifestado el problema una y mil veces tanto a la matrona, como al ginecólogo, la solución que me plantearon fue, tiempo y pastillas para la incontinencia. Me negué a formar parte de ese 30% de mujeres resignadas. Así que tras la cuarentena acudí de nuevo a revisión, con el mismo problema, sin mejoría alguna. Muy disciplinadamente haciendo lo que me habían dicho y con las mismas pastillas. En ningún momento se me derivó a un fisioterapeuta, en ningún momento se me recomendó ningún tipo de ejercicio rehabilitador. A mis 34 años me fui de la consulta con el mismo problema y la única solución que dejar pasar el tiempo, según ellos, debía darme el plazo de un año.
Ante semejante respuesta, le pregunté si estaba en condiciones de empezar a practicar ejercicio como Pilates. Su respuesta fue que adelante, no más que sorprendido al plantearle yo mis propias soluciones. ¡Pues adelante!
Tengo la gran suerte de trabajar en un gimnasio, Muscle Center. Grandes profesionales que no sólo entrenan a las personas, sino que velan por su bienestar y su mejora. Gracias a ello y la recomendación y ánimo de todos mis compañeros me puse en manos de David Belio, para mí, uno de los mejores profesionales en Pilates con los que cuenta Zaragoza.
Por supuesto, antes de comenzar las sesiones de Pilates, debía tener en cuenta que el útero hubiera vuelto a su tamaño normal, la musculatura abdominal no estuviera abierta (zona alba), y que el comienzo a la actividad física debía ser individual y personalizada dada mi problemática en el suelo pélvico.
Lo primero que me dijo David, fue que, el Método Pilates ayudaría a recuperar su tonicidad antes de lo normal.
Así que primer objetivo que me planteó, no fue físico, sino de autoconsciencia, ser consciente de dónde se encuentran tus músculos abdominales (ya que esta sensación se pierde durante el embarazo), sentir el suelo pélvico cómo un músculo independiente.
El 2ª objetivo sería, trabajar el tono y fuerza de la zona pélvica, esto nos llevaría a un 3ª objetivo, el trabajo global del todo el cuerpo y finalmente el poder acceder en condiciones a clases en grupo de Pilates, para seguir tonificando y ejercitando la musculatura en general.
Las primeras sesiones fueron durísimas. A través de diferentes ejercicios apoyados en la MVe Chair, una silla especial de Pilates. Pude ir sintiendo cada vez más dónde estaba la zona pélvica. Cómo contraerla y cómo trabajarla. Durísimas porque no era realmente consciente de la fuerza en abdomen, piernas y brazos. La había perdido, y muchos de los ejercicios no podía finalizarlos sin la ayuda del entrenador.
Puedo decir que a las dos semanas, mejoró mi control sobre la vejiga. Al mes y medio la sensación de descuelgue constante de mi vejiga rozando con la musculatura pélvica dejé de sentirla. Cada vez me costaba menos finalizar el ejercicio sin ayuda. Focalizando toda la fuerza en el suelo pélvico, puesto que si no lo hacía, el ejercicio no se podía completar.
De forma casi natural, iba notando que mis brazos, piernas y abdominales iban recuperando fuerza. Mi espalda recuperaba la posición perdida durante el embarazo, y aunque suene extraño, recupere mi suelo pelvico, el equilibrio.
En el plazo de 4 meses, y no de un año, tenía pleno control sobre mi vejiga. Incluso, podía correr sin consecuencias inesperadas, por supuesto, de forma moderada.
La experiencia me ha demostrado que muchas veces la ignorancia e indiferencia de ciertos profesionales no nos deben condicionar en el inicio de nuestra recuperación. Como mujeres, podemos disfrutar de uno de los mejores momentos de nuestras vidas, ser madres. Hemos de ser conscientes de que es un esfuerzo físico enorme, y como tal, requiere de una buena preparación.
Son 9 meses de cambio hormonal, cambia nuestro punto de gravedad, nuestra espalda se debilita, el tono muscular del suelo pélvico se aminora debido a la presión, y como colofón, si tenemos la mala suerte de un parto complejo, como es mi caso, las consecuencias posteriores son todavía mayores.
Quizá hace 50 años, las mujeres vivían resignadas a sufrir de por vida el debilitamiento del suelo pélvico tras los partos, pero ahora, es inaceptable. Una zona pélvica dañada, nos impide llevar una vida normal. Nos impide disfrutar del deporte, del sexo y de las relaciones sociales. Lo triste es nos sigan recetando tiempo y no nos deriven a un fisioterapeuta especializado, como hacen en muchos países europeos, dónde hay unidades especializadas en suelo pélvico.
Mi recomendación, basada en mi propia experiencia, es que debemos hacer un buen entrenamiento, personalizado a ser posible, que nos prepare para el “día del parto”, y posteriormente, no dejar pasar el tiempo, iniciar cuanto antes una buena recuperación, con un buen entrenamiento en Pilates, que se dedique exclusivamente a ayudarnos a recuperarnos como mujeres, a volver poco a poco a recuperar nuestras vidas.
He de decir para terminar, que a día de hoy, 7 meses después del parto, el Pilates me ha ayudado a recuperarme un 90%, mi obligación ahora, es seguir respetando mi cuerpo practicando esta disciplina.
Pilates clásico frente a otros sistemas de pilates
En el pilates clásico se enseña el auténtico Pilates, o con pequeños cambios que reflejan los avances en la comprensión científica del cuerpo humano mientras que en otros enseñan Pilates como método que refleja la filosofía que la escuela o el profesor extrae de Pilates.
El Clásico utiliza un orden de ejercicios secuencial y sistemático. La consistencia es la clave. Mientras en otros pueden cambiar el orden de los ejercicios de una sesión a otra, de un profesor a otro o de una escuela a otra.
En el Clásico los ejercicios se unen por transiciones que fluyen sin fisuras. La transición se considera parte del ejercicio. Mientras en otras técnicas los ejercicios se enseñan por separado y apenas existen transiciones.
El Clásico se centra en la fluidez, por eso desarrolla la resistencia. Utiliza los principios de Pilates de concentración y precisión. Mientras que en otros no se centran en la fluidez, así que pierden los beneficios de este gran método y los principios no se aplican de forma efectiva, con lo cual, no se mejora la resistencia.
En el clásico se enseña como sistema de movimiento enlazado con un objetivo de forma inteligente. Mientras en otros se enseñan ejercicios independientes y sin relacionar. Muchas veces los ejercicios se centran en partes concretas del cuerpo para fortalecerlas.
Se enseña cada ejercicio con un ritmo único y dinámico. Mientras otros sistemas suelen fragmentar los ejercicios y se hacen despacio. Así pierden el objetivo final.
El sistema Clásico puede enseñarse a todo el mundo, desde personas discapacitadas hasta atletas privilegiados. Mientras otros tal vez no sean lo bastante exigentes para niveles avanzados.
En el sistema Clásico las sesiones tienen una introducción, un desarrollo y un desenlace progresivos. El ejercicio empieza en posición supina y termina en vertical, con ejercicios más largos de pie al final de la sesión. Mientras que en otros se deja al libre albedrío del profesor la sesión.
En el Clásico el alumno se centra en el movimiento, aprende la serie y las transiciones. Se requiere una mente tranquila y concentrada. Mientras que en otros se pone música, paran entre ejercicios, apagan las luces así que los alumnos pierden concentración.
En el Clásico se enseña que la columna neutra es el resultado de la aplicación adecuada de los ejercicios en una sesión, no el objetivo. La columna neutra se refiere a las curvas naturales de la espina dorsal, vertical contra la gravedad. Estas curvas disminuyen de forma natural al tumbarse. No es necesario recrearlas salvo por motivos muy terapéuticos. Mientras otros sistemas enseñan que la columna neutra es el objetivo de los ejercicios de una sesión, con lo cual inhiben los movimientos naturales y crean tensión involuntaria en el cuerpo.
En el sistema Clásico se enseña la alineación pélvica óptima o “pelvis neutra”, que es la posición desde la que se trabaja y a la que se recurre cuando es necesario. Entiende que las estructuras óseas varían de una persona a otra, y, por tanto, no existe la “postura” ideal. Mientras otros enseñan que la pelvis neutra es una posición óptima y adaptan los ejercicios a esta posición.
Romana Kryzanowska nació el 30 de Junio de 1923 en Famington, Detroit, Michigan, Estados Unidos.
Hija única de padre ruso y madre americana. Pasó parte de su infancia en Florida (los primeros 7 años en Detroit y Farmington. Su primera adolescencia en Florida. Después Puerto Rico por un año y vuelta a Detroit donde empezó las clases de baile. Se trasladó a Baltimore y llegó por primera vez para instalarse en New York el 22 de abril de 1942. Esta es también la fecha de su ingreso en la escuela de ballet (“School of American Ballet”, esta institución es una escuela de baile y no una compañía de baile) donde su estancia se prolongará hasta el otoño de 1943.
Fue presentada a Joseph por George Balanchine. Fundador de School of American Ballet (sigue siendo la escuela del New York City Ballet fundado en 1948). Romana no bailó para Balanchine solo hizo la escuela creada por Georges Balanchine.
«Cuando fui presentada por primera vez a Joseph Pilates, yo tenía seriamente lesionado mi tobillo, y no podía danzar.»
En aquellos tiempos, no había cosas como fisioterapia o medicina deportiva, y la única alternativa era la cirugía, y mismo ésta era primitiva;
Joe me dijo:
«Bien jovencita, haga cinco clases. Si funciona continúe. Si no, se lleva su dinero de vuelta.»
Las palabras de Joseph Pilates parecían razonables y la joven bailarina que pensaba, en tanto, que un trabajo general del cuerpo sería ridículo para una lesión de tobillo, mas como los ejercicios eran preferibles a la cirugía, Romana decidió probar.
«En mi primera sesión pensé que aquel hombre estaba loco. Él me hizo hacer ejercicios que no eran específicos para mi tobillo. ¿Cómo esto me podría ayudar?»
Después de la tercera sesión, Romana notó que no había hinchazón en su tobillo y que no sentía más dolor. Fue entonces que comprendió el primer principio de este trabajo: “Circulación es lo que cura”.
Volvió entonces a sus clases de ballet.
“Yo percibí que algo estaba diferente, una sensación agradable de equilibrio y fuerza integrados, que yo nunca tuve antes de trabajar con Joe. Sentí que tenía un completo control de cada parte del cuerpo. Mi pierna estaba perfecta y mi trabajo estaba mejor que nunca. Desde aquel momento, empecé a creer en Pilates.”
Así comenzó el trabajo de toda una vida de Romana con Joseph Pilates. Primero como alumna en 1942 y después como profesora esto se produjo en 1944, finales de 1943 máximo, mientras ella trataba de encontrar trabajo en alguna compañía de baile. Sus clases en el Estudio de Joe eran a cualquier tipo de personas y no especialmente a bailarines)
En 1944, ya casada se fue a vivir a Perú. Durante el tiempo que ella residió allí, después de dejar la danza, nunca estuvo lejos del trabajo de Joseph Pilates, manteniéndose siempre en contacto con “Tío Joe”.
Escogida personalmente por Joseph Pilates aún vivo, de palabra si, pero no legalmente todavía, como su sucesora por su dedicación y responsabilidad. Romana hereda los derechos de uso de la metodología de Joseph Pilates y de la mano de Clara Pilates la Pilates Foundation for Physical Fitness creada en 1964 con el beneplácito de Joe aún vivo. Una vez fallecido Joe, esta Fundación junto con la decisión de Clara Pilates deciden en 1969, unaminamente y legalmente, convertir a Romana en la responsable y heredera del legado.
Desde entonces continuó con la tradición de éste método único, manteniéndose fiel a las enseñanzas de su creador.
Romana llevo trabajados casi 60 años teniendo siempre en mente que el método fue desarrollado para un cuerpo normal, sin problemas, solamente siendo adaptado cuando es necesario adecuar ciertos ejercicios a una característica individual. La deuda que la sociedad tiene con ésta mujer es muy grande. Solo ella ha mantenido viva ésta herencia con toda su integridad original e intacta.
Romana “Master Teacher Trainer” además de dar sus clases especiales en Continuing Professional Education (CPE) en Drago´s Gymnasium, New York y en Arlington, Texas, impartió cursos y seminarios de entrenamiento y Educación Continua en los Estados Unidos, Australia, Francia, Italia, Holanda, Sao Paulo (Brasil) desde 1999.
En el año 2.000 hasta el 2006 de la mano de Javier Peréz Pont y Esperanza Aparicio Romero visito España, estas visitas se realizaron siempre para impartir seminarios, educación continua para profesores, examinó a decenas de profesores en su examen final, entrevistas en la televisión, periódicos, etc. Aprovechándo también sus visitas para descansar en Barcelona, Costa Brava, Granada, etc. Una gran enamorada de España totalmente.
Hoy hace siete años que nos dejo, el 30 de Agosto del 2013 a la edad de 90 años.
Descanse en paz Romana Kryzanowska.
Gracias a Javier Peréz Pont por la ayuda prestada en el artículo. Conoció a Romana y disfruto con ella de su larga vida de enseñana del Método Pilates.
Muchas gracias Javier Pérez Pont
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